Lanzarote es una cultura de mestizaje. La historia ha dejado en la isla un patrimonio arqueológico, artístico, arquitectónico y etnográfico, testigos de la evolución cultural de esta comunidad insular. El patrimonio histórico, isleño se ha enriquecido de múltiples manifestaciones culturales y artísticas que dan a la isla unas singularidades especiales a pesar de ser muy pequeña.
Los lugareños son muy accesibles y amables, muestra de ello son los acontecimientos de la Fiesta de la Virgen de los Dolores, un despliegue de color y alegría, ésta fiesta goza de un arraigo muy fuerte entre los lanzaroteños.
Los visitantes son testigos de que los lugareños son buenos anfitriones de la fiesta de la Virgen de los Dolores.
También cabe destacar los asaderos y los bernegales asi como la lucha canaria además de las Isas y las Folias es algo en lo que resulta placentero verse inmerso.
El cultivo de la vid conserva las características primarias de un procedimiento que permite que nazca un vino refinado y con cuerpo, atesorando la humedad y el rocío, tan valioso en una tierra sin manantiales ni agua dulce. El paraje de cultivos muy particulares de la vid lo encontramos en La Geria.
Los grandes movimientos migratorios han enriquecido los hábitos y modos de pensar con los propios lugareños.
Lanzarote tiene una orografía suave, castigada por las erupciones volcánicas y la falta de precipitaciones donde el mar es el sustento de agua dulce a través de la desalación.
Lanzarote es un espacio rudo y extravagante que podía haber sido solitario, pero que fue conquistado por el duro trabajo de sus nativos durante muchas generaciones, doblegando a la agricultura, a la pesca, inclusive a la ganadería o la artesanía, todo por la subsistencia.
El museo agrícola El Patio resulta un espacio cultural ideal para entender mejor lo que relatamos sobre el tema.
Los pescadores autóctonos nos muestran con agrado su singular forma de pescar, nos enseñan el uso de la caña, liña, nasa, trasmallo, palangre o chinchorro y que favorecen la preservación de las especies por el respeto al mar y su fauna y flora.
Una parte de los habitantes de Lanzarote son ganaderos y pastores de ovejas o cabras que recorren la isla en pos de el pasto. Estas personas custodian celosamente sus rebaños, suelen marcarlos con sus nombres. De las ovejas y cabras se aprovechan todas las piezas de carne posibles y elaborandode la leche se hacen unos quesos deliciosos.
Canteros, pedreros o caleros ayudaron a destacar la arquitectura de la isla construyendo hermosos muros de piedra volcánica tallados y colocados en perfecta alineación.
Carpinteros o herreros elaboran embarcaciones o aperos de labranza. Las Amas de casa colaboran con sus manualidades de palmito y cerámica. Aún se pueden visitar sus talleres, muchos de ellos integrados en su vivienda familiar, sus obras se pueden comprar en los Mercadillos populares.
El agua es un bien muy cuidado en la isla, ha enseñado a los habitantes de la misma a ahorrarla al máximo.
La gastronomía tiene elementos singulares como las papas arrugadas, el queso, el “mojo” rojo o verde y el gofio. Con platos típicos como las sartenadas de lapas, la ropa vieja, el caldo de pescado, los tollos, la carne de baifo (cabrito) y de cabra, o el sancocho que es una especie de cazuela de cherne en salazón con papas y batata. Los Postres son muy sabrosos como los roscos, las torrijas y toda una amplia gama de vinos que cuenta con su particular denominación de origen.
Para finalizar cabe mencionar la importancia de las tradiciones en el orden social o religioso que recoge muchas de las costumbres de la isla.
